Psicología, mindfulness y espiritualidad | Ser a través de la danza
junio 4, 2020

Cómo reprogramar tu mente a través de la danza árabe

Desde que nacemos escuchamos de nuestros padres, familiares, amigos y entorno un conjunto de normas y expectativas que van a regirnos durante la vida.  De pronto nuestro proyecto de vida se forja en función de lo que entendemos que es lo correcto para nosotros, y casualmente se asemeja mucho al de las personas que conviven a nuestro alrededor. Encaminamos nuestras vidas según las creencias culturales y religiosas de nuestro entorno y jamás cuestionamos eso que tal vez late desde nuestro instinto, porque eso también aprendimos a ocultarlo a los demás y a ocultarlo de nuestra propia conciencia.

Finalmente comenzamos a sentir un ápice de frustración, una sensación de incomodidad, un vacío que por mucho que logremos obtener o alcanzar no termina de llenarse.  En algún momento de la vida esa máscara se desmorona descubriendo que eso que pensábamos del mundo no es, y mucho menos lo que pensábamos de nosotros mismos.  Nos convertimos en personas tal vez inseguras, incapaces, miedosas, evasoras, poco sensibles, defensivas, reactivas y pare de contar.

Existen muchas vías para descubrir lo que verdaderamente somos (serenidad, sabiduría, seguridad, capacidad, independencia, valentía, afrontamiento, honestidad, asertividad, sensibilidad, justicia, entre otros).  Una forma práctica que se aplica muy bien en la danza es cuestionarte qué sientes exactamente, por qué te sientes así y qué deseas lograr.  Por ejemplo: yo descubrí que me sentía frustrada al educar a mis dos hijos, porque yo cometía muchos errores, deseaba ser suficiente para ellos.  Es así como entendí que tenía una sensación de insuficiencia no sólo ante mis hijos (muy probablemente lo que descubras se extiende a muchos ámbitos de tu vida) así que en mi práctica de danza comencé a repetirme “soy suficiente”.  En algún momento adopté esa creencia y la convertí en mi actuar y en la medida en la que modificamos ese pensamiento, a través de afirmaciones, ese actuar cambiará.

Hazte estas tres preguntas, identifica tu defecto, busca su antónimo y repítelo durante tu sesión de danza y tus rutinas diarias hasta que lo creas

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